El caldén sirve como combustible, para producir postes, varillas y madera para muebles y parqué.
El bosque tuvo un aprovechamiento muy intenso a principios del siglo, sobre todo en los departamentos de Capital, Toay, Atreucó y Guatraché y, con menos intensidad, Conhelo y Loventué. Así crecieron una serie de pueblos asociados al aprovechamiento del caldén, situados sobre las vías férrea.
Durante la Primera Guerra Mundial, se extrajeron muchas toneladas de leña para utilizarla como combustible en reemplazo del carbón inglés. La tala sin control re repitió en la Segunda Guerra aunque esta vez la madera se utilizó sobre todo para fabricar parqué. Esto provocó la desaparición de la mitad de la superficie boscosa de La Pampa.
La extracción descontrolada produjo un grave desequilibrio ecológico y los suelos sufrieron una intensa erosión.
A partir de entonces, el bosque comenzó a recuperarse por distintos motivos: aumentó su utilización para la ganadería, cayó la demanda de leña y se evitó talarlo para proteger los suelos.
Para realizar la tala, se contrataron obreros y muchos de ellos vivieron desde Santiago de Estero y San Luis con su familia. Los hacheros se diferenciaron del resto de los pobladores, no sólo por la dura tarea que hacían sino porque se les pagaba muy poco y vivían en condiciones de mucha pobreza.
Bibliografía: E.d.b La Pampa, CONOCIMIENTO DEL MEDIO E.G.B. Pág 36.